Las proteínas son indispensables en una dieta balanceada, pero son muchos los mitos en torno a ellas. Así que, cómo decidir ¿cuáles y cómo consumirlas?
Hoy en día somos mucho más conscientes de nuestro consumo, sobre todo en cuestión de alimentos. Queremos saber de dónde vienen, cómo es que se procesan y qué nos aportan, para estar totalmente conscientes de lo que realmente estamos consumiendo. Sin embargo, esto, en muchas ocasiones, nos genera más dudas que certezas. Las proteínas, son quizá uno de los alimentos que más información contradictoria generan; sobre todo cuando se trata de decidir entre proteína vegetal y animal.
¿De qué sirven las proteínas?
Probablemente asociamos las proteínas al aumento de masa muscular, a tener más energía y una larga lista de situaciones vinculadas al ejercicio. Pero las proteínas nos sirven para mucho más, varias funciones básicas de nuestro organismo dependen de ellas: desde transportar nutrientes, hasta producir algunos neurotransmisores.
Aunque su funcionamiento es complejo, se puede explicar fácilmente. Una vez que nuestro cuerpo descompone las proteínas lo que queda son aminoácidos. Necesitamos 20 tipos de aminoácidos para que nuestro organismo realice correctamente todas sus funciones. De ellos, 12 son llamados aminoácidos no esenciales, porque los puede fabricar nuestro cuerpo, y los otros 8 son aminoácidos esenciales, porque sólo podemos obtenerlos a través de una dieta balanceada.
Entonces, hay dos cosas que debemos tomar en cuenta al consumir proteínas:
- Calidad: Mientras más aminoácidos proporcione una proteína, se considera que es de mayor calidad.
- Digestibilidad: Es importante tomar en cuenta el esfuerzo que deberá hacer nuestro organismo para procesar la proteína.
¿Cuál es la diferencia entre proteína animal y vegetal?
Si nos enfocamos únicamente en el aporte proteico, la diferencia radica en la cantidad de porciones necesarias para conseguir todos los aminoácidos esenciales y en la digestibilidad. La proteína animal es más fácil de digerir y contiene todos los aminoácidos esenciales. La proteína vegetal es un poco más difícil de procesar para nuestro cuerpo y es necesario combinar dos o más alimentos para obtener todos los aminoácidos que necesita nuestro organismo. Sin embargo, eso no quiere decir que una opción sea mejor que otra.
Uno de los mayores problemas con el consumo de proteínas animales es el exceso. Además de aminoácidos y otros nutrientes, las proteínas de origen animal pueden venir acompañadas de purinas, las cuales causan problemas en nuestro organismo; por ejemplo, sobrecargando nuestro hígado y riñones. Si consumes alimentos de origen animal, son una opción recomendable mientras estés consciente de las cantidades que necesitas. Así que, si decides comer este tipo de proteínas, di adiós al apetito emocional y toma conciencia de los nutrientes adicionales que entran en tu organismo al consumirlas.
¿La proteína vegetal realmente es una alternativa?
Una de las dudas comunes para los veganos es si llevar este tipo de alimentación puede afectar a su organismo por la falta de proteínas. Lo cierto es que las proteínas vegetales no son sólo una alternativa, sino que forman parte de la dieta de todos. Seamos conscientes o no, si tratamos de llevar una alimentación balanceada, las consumimos al comer vegetales, cereales, y frutos secos. Lo realmente importante, si decides consumir sólo este tipo de proteínas, es concientizar la combinación de alimentos necesaria para que no falte ningún aminoácido en tu dieta.
Por otro lado, una de las razones por las que la proteína vegetal es más difícil de procesar, es la gran cantidad de fibra que contiene. Además, aunque el aporte proteico de los vegetales es menor, al combinarlos para poder consumir todos los aminoácidos esenciales, también se eleva el aporte nutrimental y esto facilita llevar una alimentación más balanceada.
Por último, es importante tomar en cuenta que las proteínas son sólo uno de los grupos alimenticios que debemos consumir para estar sanos, así que no se trata de demeritar ninguna, sino de elegir la que se adapte mejor a nuestra dieta. Si estás tratando de reducir tu consumo de alimentos de origen animal, eres intolerante, alérgico o sensible a algunos de sus componentes, las proteínas vegetales son la alternativa perfecta.
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