Los problemas de salud pública derivados de malos hábitos alimenticios existen en todo el mundo; sin embargo, nuestro país es uno de los principales afectados ya que estamos dentro de los primeros lugares de sobrepeso y obesidad a nivel mundial. Actualmente las principales causas de muerte en México están relacionadas con una mala alimentación: problemas cardiovasculares, diabetes y tumores malignos.
Hoy en día tenemos acceso a una gran variedad de información, cada vez estamos más al tanto de la importancia de llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio. Además, existen muchas campañas de salud pública que promueven estilos de vida saludables e incitan a las personas a preocuparse más por su salud. Pero los porcentajes de obesidad, sobrepeso y enfermedades derivadas siguen en aumento, así como el consumo de productos chatarra.
¿Por qué, teniendo acceso a información y programas de salud pública, siguen aumentando los niveles de obesidad y sobrepeso? Las causas no pueden reducirse a un simple hecho. Estos problemas de salud son multidimensionales y existen diversos factores que pueden estar provocando este fenómeno. No obstante, el no saber como iniciar una vida saludable puede influir en gran medida.
Si bien es cierto que tenemos acceso a mucha información, así como existen fuentes confiables también hay algunas que promueven datos erróneos, lo que genera confusión de lo que significa tener hábitos saludables. Por otro lado, la información real que podemos consultar, a veces no se adapta a todas las personas. Esto ha generado que muchos caigan en “FAD diets” (dietas de moda, por sus siglas en ingles) que a la larga generan una mala relación con la comida. Estas dietas se caracterizan por restringir grupos de alimentos y por sólo enfocarse a la pérdida de peso momentánea. La ganancia de peso después de llevar este tipo de planes alimenticios es muy común, pues no generan hábitos saludables dentro de una dinámica normal y al finalizar se retoman hábitos antiguos poco sanos, lo que provoca nuevamente la ganancia de peso. Este tipo de dietas incluso puede provocar trastornos alimenticios, entre otras desventajas y repercusiones en la salud.
¿Cómo mejorar mis hábitos?
Lo primero que tenemos que saber es que para iniciar una vida saludable no es necesario hacer cambios drásticos, como eliminar carbohidratos, grasas, ni llevar una dieta restrictiva. Nuestro cuerpo necesita tiempo para adaptarse y convertir acciones en hábitos. Además, a veces el eliminar alimentos de golpe puede generar gran ansiedad y estrés, que al mismo tiempo tiene implicaciones negativas para nuestra salud.
Aunque hay personas a las que les funciona hacer cambios drásticos, a la mayoría nos sirve más avanzar poco a poco, haciendo sustituciones paulatinas. Así como es difícil pasar de tener una vida sedentaria a querer correr un mataron de 50 kilómetros, también lo es pasar de una alimentación poco saludable a una súper estricta.
En mi experiencia como nutrióloga puedo decir que tiene mayor impacto en la salud hacer sustituciones saludables de alimentos que nos gustan, que prohibirlos. Es importante estar consciente de que comer antojos de vez en cuando está bien y no debemos sentirnos culpables por ello. Rompamos esa relación negativa con la comida y con el ciclo viciosos de comer y sentirnos mal todo el tiempo.
Haz estos cambios hoy mismo
Si aún no te animas a iniciar un plan alimenticio, ¿cómo puedes iniciar buenos hábitos desde casa? Fácil, haciendo cambios pequeños pero efectivos.
Te recomiendo empezar reduciendo las cantidades y días que consumes algún alimento que no sea sano. Por ejemplo: si todos los días comes pan de dulce, puedes reducir su consumo a 2 veces por semana. Tampoco se trata de que sufras los días sin pan dulce, por eso te aconsejo también que el resto de la semana hagas una sustitución saludable. En este caso, puedes cambiar por un mug cake de avena y chocolate amargo para reducir la ansiedad por el pan. Otro ejemplo sería el helado, podemos reducir las cantidades que consumimos, restringirlo a días específicos y el resto de la semana comer sorbete de frutas hecho en casa, sin azúcares añadidos. Así lo puedes hacer con todos los alimentos poco saludables. Incluso, si no eres fan del agua, puedes iniciar agregando un vaso extra cada dos semanas a tu ingesta regular y seguir hasta que llegues al consumo mínimo de 2 litros al día.
En cuanto al ejercicio, puedes empezar haciendo 30 minutos de ejercicio 2 veces a la semana e ir aumentando poco a poco los días y el tiempo que le destinas. De esta forma, poco a poco vamos acostumbrando a nuestro cuerpo a hábitos más saludables.
También, recuerda que si necesitas orientación profesional, puedes consultarme. Si quieres saber más sobre alimentación y contar con un plan alimenticio personalizado, puedes agendar una asesoría conmigo al 5567218043 o por medio de whatsapp: 5581359886
Para nosotros lo más importante es facilitarte una salud integral, así que coméntanos qué otros temas te gustaría que abordáramos en este blog.